martes, 29 de abril de 2014

es martes y también llovizna

Había prueba de Lengua
desde temprano me senté
atrás de la ventana que da a la Avenida
porque no fui a la escuela
porque Ariel el del transporte
tenía agua en la casa
ya sabía que al otro día
tampoco iba a haber prueba
ni trasporte
pero tenía en el regazo
mi carpeta oficio amarilla
de personajes fantásticos
y le hundía los ojos y las manos
cada tanto
cuando pasó el Lea preguntando
por sus viejos
cuando tocó timbre su papá
para saber si no habían pasado los chicos
cuando aparecían colchones y televisores
cuando mi viejo hasta las manos
pasó a dejarnos una radio a pila
después nosotros tres fuimos a lo de un amigo
yo hice una bolsa con los buzos y otra con las cartas
y él se quedó
después contó que freían papas
en una olla en la vereda
para alumbrar las puertas.

lunes, 28 de abril de 2014

cuántos ibuprofenos
son automedicación
qué juicio puede soltarse
que sirva
que no señale
la distancia del suelo
el golpe
los ojos inflamados

lunes, 7 de abril de 2014

Amaneció lloviendo
y ahora el sol se pone pesado
mientras tanto casi
se cayó un cuento
casi te animaste
hay cosas que no se pueden hacer juntas
-yo no puedo usar lentes y un encendedor-
como ser grillo y ser astuto
para lo demás está el invento
y la espera de que seque
la humedad en la vereda.

sábado, 5 de abril de 2014

Febrero

exactamente uno y medio
no como el camino de un puente
ahora bien,
que corre entre el agua y la inundación
los ojos la espalda los brazos
puentes éstos últimos
de las pieles a los dedos y los abrazos
así se corre del uno al otro
pero
no corre ni camina
va besando.
entonces te miro
o miro
o alguien me está mirando
entonces tengo que pensarme
se forma un agujero en el medio del día
pareciera que siempre son las siete y media
esas de cuando hace frío al rayo del sol
pero pone todo amarillo
y desde atrás de una puerta con vidrio
no sabemos si dormir o abrigarnos

viernes, 4 de abril de 2014

ver cómo está
el cielo de Paraná
llegar a casa
y sacarse las medias
mientras espera el agua que hierve
en un mediodía húmedo y con sol
en el camino hubo
que poner y sacar el abrigo
cruzar la plaza
esperar el colectivo
calcular en qué momento de la ciudad
estarás hoy

-Pola sacó esta foto de la Setúbal, desde un edificio alto en frente a la costanera, y le dibujó esas letras-

Se puede escribir sobre lo que uno conoce
-el viaje de los de Colón
a la cancha, y el regreso-
sobre todo es necesario
estar un poco solo.
Cuando no se escribe
sería mucho más saludable
saber jardínería
y regar temprano mis plantas
todos los sábados y feriados
tener una casa
y limpiarla los lunes por la tarde
si se puede no ir a al trabajo
y elegir en las vidrieras
cosas para desparramar
alrededor del desorden
de una casa con dos enamorados.
Frente a la evidencia
de los helechos secos
y los adornos caros
es mejor leer.
Algo
es lo más parecido a escribir
o a hacer una secuencia de entradas
a cada habitación de la casa
la poesía aparece
cuando las flores están podridas
un sueño ya secó la lágrima
o los círculos de luz en la pared
no te dejan dormir.

Cuando se larga

Si acaso empieza a llover
y se moja el pasto en la vereda
la ropa tendida
y los libros cerca de la ventana
y buscás algo seco,
no olvides que
los rincones sin nadie no existen

Pantallas

los que nunca fueron al cine
igual pueden ver
la luna llena y pensar
en los muertos
pero quisieran ir
para acomodar las piernas
esa noche una amiga
me regala un cuaderno
forrado con bicicletas antiguas
de colores,
abierto se pone mejor
mi abuela
mira los platos colgando
esos que tienen un ave
o una pérgola china
rodeada de cerezos blancos,
ése lo compré cuando era soltera
quedó solo
los otros los rompía el abuelo
cuando se enojaba,
por qué,
porque era neurástico,
me río
neurótico, abuela
eso,
y se ríe.

martes, 1 de abril de 2014

El centro acostado

una taza de manzanilla caliente
colocada bajo la boca del estómago
del ombligo para acá
me permite crear un centro
ahí donde se siente el calor
alrededor del cual giran
los libros, todos mis dedos,
las películas al lado del sillón con mi vieja
los ojos de la nena que una vez
frente al mar me dio tres piedras y una hojita
y no la vi más,
las botellas de vino y el olor a cebolla quemada
los besos tibios de mate y de siempre
el cariño y si acaso
existís

Florero

La última flor quedó arriba de la mesa
después de la última mañana
que me desperté en tu abrazo.
Ahora está adentro de un porrón vacío,
podrida en el agua
arriba de tu nueva biblioteca.

en el río

en el río a los padres
hay que llamarlos por sus nombres
en cambio con gritar mamá
la que le pertenece lo mira
fresca desde abajo de un árbol
o transpirada con un pañuelo en la cabeza
o como sea que prefiera usted
imaginarse a su madre